Hola, ladies and gentlemen,s (perdón por el inglés manchego). Ya estamos aquí de nuevo los del avispero comentando la jugada del pasado fin de semana y enviando algunas foticos, que a todos nos gusta luego vernos en acción.
Para los que vinieron sobran explicaciones. Creemos que todo el mundo acabó contento, como no podía ser de otra forma, ya sea por los parajes recorridos o por el buen rollo de los intervinientes, tanto de la marcha a pie como de la ruta sobre ruedas. La única queja pudo ser por el calor de las horas centrales del día, pero es lo que tiene el verano. De todas formas, para la próxima intentaremos hablar con José Antonio Maldonado para que no ponga tantos soles en el mapa del tiempo, a ver si nos hace caso.
Reconozco que yo personalmente, como director de orquesta de la ruta en bici, tenía miedo de que alguno de los arrastrojaos que acudieron se esclafara por alguna cuestecilla de las que van p,abajo, que el terreno estaba muy seco y muy suelto, pero cuando los vi bajar la primera trialera, dejé de preocuparme, que ya vi que eran valientes caballeros y que a pesar de que dudo que supiesen muy bien como lo hacían, bajaban los tíos lanzaos sin despegarse del pelotón, intentando aplicar la técnica del “CULO P´ATRÁS”. Totalmente competentes e invitados todos ellos para bajar al fin del mundo si hace falta. Para subir cambió un pelín la cosa, (cuestión de forma física y problema de fácil arreglo) pero lejos de desanimarse, se lo tomaron con humor y no tuvieron ni una queja (o eso creo).
Queremos agradecer a Marcos Velencoso, quien no pudo venir en esta ocasión (seguro que no por falta de ganas), el habernos enseñado el camino recorrido y explicado sus dificultades, para que lo pudiésemos disfrutar entre todos. Un saludo, colega.
Los senderistas, bajo la dirección de Inma, que ya es una garantía de éxito, y sé bien lo que me digo, parece ser que también disfrutaron lo suyo, que se explayaron a mitad de la ruta un ratillo atrapados por el influjo del puente cíclope de vadocañas y sus alrededores, y que hicieron la vuelta bajo el castigador sol mediterráneo, atenuada por el murmullo constante del Cabriel, que refresca los ánimos de quien lo admira. Calor que hubiese supuesto un problema en caso de que no hubiese alguna cervecita fresca (o sucedáneos) a la llegada como merecido premio y comida y sesteo posterior, con baños diversos hasta del perro, como queda demostrado gráficamente en lo adjuntado.
Sin más agradeceros a todos vuestra participación, colaboración y ayuda y con el deseo que siga siendo así para posteriores eventos.
P.D. Si os habéis leído todo el texto, ya tenéis convalidados la clase de literatura de los dos primeros cursos de la E.S.O.
