domingo, 15 de mayo de 2011

EL AVISPERO DE LEDAÑA


     Las AVISPAS son seres con colores llamativos que suelen verse sobre todo en meses primaverales o veraniegos, con tendencia a formar grupos y que se mueven en plena Naturaleza pudiendo llegar a recorrer increíbles distancias. Hasta aquí, IGUAL QUE LOS CICLISTAS.
     De manera individual contamos con un “avispa” por derecho propio, uno que también debe ser de la familia de los invertebrados por la manera de doblarse pedaleando, alguno que otro que va de flor en flor, la que muerde cuando le molestan, el que tiene como lengua un aguijón venenoso y varios bastante “rayados” de la cabeza.
     Estos son los motivos que ayudaron a poner nombre al proyecto que unió a unas cuantas personas con intereses más o menos comunes y con distintas habilidades relacionadas, también más o menos, con el mundo del ciclismo, completando así un grupo que nada tiene que envidiar a las grandes formaciones de todos los tiempos, como los Jackson Five, el Equipo A, Microsoft…(bueno, en este me he pasado).
     Nacimos un 15M de 2011, INDIGNADOS de que en nuestra zona todavía hubiese gente desconocedora de los placeres de la bicicleta y somos de Ledaña, lugar de la manchuela conquense fronterizo con la provincia de Albacete, y bendecido con la relativa cercanía de los ríos Júcar y Cabriel que modelan nuestros alrededores aportando una variedad paisajística y deportiva que poco tiene que envidiar a otros paraísos nacionales.
     Queremos trasmitir al mundo lo que se siente cuando, la velocidad generada encima de una bicicleta provoca que una ligera brisa templada acaricie el cuerpo y que, en conjunto con el inusual silencio del campo, salpicado por los aleatorios sonidos de la Naturaleza, consigue que se muevan fibras olvidadas del cerebro generando una sensación que hay quien define como “FELICIDAD”.
     Nos gustaría compartir las anécdotas y las conversaciones que se mantienen a lo largo de una buena ruta y las cervezas frescas que acostumbran a rematar la faena, aportando todavía más sentido a la aventura.
     Sacar a la luz las habilidades con que contamos todos en mayor o menor medida a la hora de tomar curvas y sortear piedras en los pasillos de árboles de metro y medio de un espectacular valle, con la descarga de adrenalina que conlleva.
     Mostrar el placer de surcar el asfalto de pueblo en pueblo en busca del bar donde ofrezcan el mejor almuerzo, sin prestar atención a las calorías consumidas, sabedores de que están sentenciadas a la quema inmediata.
     Saber contagiar el espíritu competitivo que hincha el orgullo cuando se sube esa dura cuesta delante del amigo al que era imposible adelantar el mes pasado.
     Enseñar que no es lo mismo darse una ducha después de pasar un día en la oficina que darse la misma ducha tras unos cuantos kilómetros de pedaladas y paisajes.
     Los beneficios fisiológicos y psicológicos, la enorme ampliación del círculo social… podríamos estar todo el mes enumerando virtudes, pero como muchos sabéis de sobra de que hablamos y los que no, lo descubriréis enseguida, creo que resulta innecesario.
     Si conseguimos uno sólo de esos objetivos, habrá merecido la pena
SOMOS EL AVISPERO Y ÉSTA… ES NUESTRA HISTORIA.









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