Como no podía ser
de otra manera, entre participantes y curiosos, llenazo hasta la bandera en la
plaza del pueblo en la II
edición de la ruta nocturna, que igual un año de éstos hacemos famosa a nivel
mundial, y si no al tiempo, que ya nos ha preguntado la BBC y el Wallstret Journal (de
momento les hemos dicho que no queremos publicidad, que pasa como en los San
Fermines y se nos llena el pueblo de americanos).
Como novedades, un
montón de voluntarios para colaborar en el evento y puntualidad absoluta del
personal, por lo que, tras el papeleo y a poco mas de las 23:15 empieza el Rock&roll con la procesión
de luces blancas (o rojas según la perspectiva de los primeros o los últimos)
dirigiéndose hacia la negrura del páramo manchego, observados solamente por el
gallego que hay en la luna como testigo mudo del viaje.
Contratiempos los
justos, con la estadística de caídas bajo mínimos si no fuera por los dos
gamusinos que cazó Anita que, como todo el mundo sabe son animales parecidos a
los caracoles que hay que agacharse mucho para cogerlos, por lo que, de noche y
si no fuese por que lo ponemos en este informe, nadie se hubiese dado cuenta de
la hazaña (je,je). Los salteadores de caminos no molestaron tampoco, que
debieron ver lo numeroso de la caravana y se abstuvieron de jugarse la piel,
así que los que estaban agachados en los ribazos o eran fotógrafos improvisados
o apretones involuntarios (o las dos cosas). Y extravíos que sepamos ninguno, y
si alguien se perdió nadie lo ha reclamado todavía, así que no debe ser mucha
la pena.
Como no, también este año hubo parada
educativa con astrología y leyendas por parte de la princesa del Anillo de
Orión y de la dama elfa del Reino de Retamalejos. Esta vez nuestro experto en
ornitología andaba recién casado y el único pajarito en que pensaba era el que
tenía que utilizar en la luna de miel, otra vez será. Mención especial a la
nueva sección “Dices tu de mili…” a cargo del maestro de ceremonias Gregorio
que nos contó como venía con las mulas al aljibe de Patrón corriendo el año
1745.
Agradecimientos
miles a los que nos han ayudado de manera desinteresada y que consiguieron que
en cada cruce de caminos hubiese una avispa plantada para evitar confusiones y
problemas, a pesar de no ser estos bichos seres nocturnos. Tenéis ganado un
trocito de cielo y otro de panal, más mundano pero no menos importante.
Gracias también a
todos los participantes, paisanos y forasteros, amigos de Iniesta, comitiva
municipal, al pub Holandés, donde tocó en esta ocasión repostaje y fin de ruta
y a los que estuvieron y no se nombran en ninguno de los grupos anteriores (así
me aseguro de no olvidarme de nadie).
Respecto a las
fotos, tened en cuenta que por la noche es difícil hacerlas, así que si alguien
sale movido, o es por eso o porque es muy inquieto. Esperamos que os gusten.