No siempre apetece levantarse temprano los domingos…
Perdón…, NUNCA apetece levantarse temprano los domingos, pero si encima cuando
suena el puto despertador más temprano todavía que cuando es lunes o martes, es
para colocar la bici en el maldito portabicis del coche mientras los dedos de
las manos empiezan a perder sensibilidad, y tener que ponerse capas y más capas
de ropa para hacer frente a la intemperie de un “fantástico día para quedarse
al lado del brasero viendo una buena película” teniendo mucho cuidado de no
olvidarse de los guantes, la braga, los cubrebotas o cualquier otra puñetera prenda
que marque la diferencia entre pasar una mañana más o menos agradable o vivir
un auténtico infierno, uno se plantea si no tendrán razón los que dicen que los
que nos gusta esto de la bicicleta hemos perdido la cabeza.
Esta vez tocaban 30 kms en La Pesquera, así que para allá nos fuimos
unos cuantos de esos “descabezados” y reconozco que no conocía lo que podían
ofrecer en ese pueblo, así que si San Pedro renegó tres veces de Jesucristo
desde que lo apresaron, echando la cuenta de las que renegué yo en la primera
hora de la excursión creo que nunca hubiese pasado la oposición de apóstol (sobre todo con sólo doce plazas). Pero ya
metido en harina, tras un par de cuestas y sudado el penúltimo gintonic del
sábado, empecé a ver la luz y vi que cada ascensión a los cielos era premiada
por una divertida senda de bajada o en su defecto por unas vistas preciosas al
pantano de Contreras, lo que sumado al hecho a ir escoltado durante todo el
recorrido por dos bondadosos arcángeles protectores, a las apariciones de unas
mujeres misteriosas agachadas cada 5 kms. y a la visión mística de un hombre
santo que se dirigió hacia mí diciendo “cuidado con el escalón”, poco a poco me
fui convirtiendo al “Pesquerismo”.
Después me dijeron que los arcángeles eran unos tales Ovi y Julián de
Ledaña (no sabía que en ese pueblo había gente buena), las mujeres eran Asun e
Inma, que por lo visto se encargaban de las fotos, y el hombre santo era
Cristian de Villalpardo, que no sería tan santo porque lo que estaba haciendo
era intentar robar una bici para bajar el escalón del que estaba avisando,
jugarreta que consiguió hacerle a uno de su pueblo para más INRI, y a las fotos
me remito. Si es que los hay malvados…
En fin, que en vez de ir a misa, que aunque no mire el reloj sabía que
llegaba tarde, me fui a rezar a una capilla que encontré en que en vez de
repartir ostias repartían chorizos y morcillas, eso sí mojados con la sangre de
Cristo, y allí oramos todos los feligreses hasta que Fede, el párroco local y
sus monaguillos, nos dieron la bendición y pudimos ir en paz, con la firme
convicción de que volveríamos a ese pueblo aunque haya que levantarse más
temprano que el panadero más madrugador en el domingo más frío del año durante
la peor ola siberiana de los últimos tiempos. Aunque igual cuando llegue ese
domingo da un poco de “perecilla”…
AMÉN.
P.D. Asun, Sra. Alcaldesa de La Pesquera e hija, Fede... ¿Qué le
hicisteis a mi novia que no para de hablar de lo bien que la tratasteis incluso
después de haberla llevado en el coche de la perrera con las cajas de naranjas
y los plátanos? Por bastante menos de eso me dejó de hablar un mes…Ya me
explicareis el truco.
para ver el resto de las fotos ¡¡¡pincha aqui!!!
otra tanda de fotos extra por lo bien que nos habéis caído ¡¡¡AQUI!!!
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